El término epidemia puede resultar exagerado, pero nada más lejos de la realidad ya que estamos ante una situación alarmante. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) y diversidad de médicos ya lo vienen avisando los últimos años. Más de mil millones de personas adultas tienen sobrepeso y, de ellas, al menos 300 millones son obesas.
La obesidad está asociada con las principales enfermedades de nuestro tiempo y empiezan a colapsar los sistemas sanitarios:
De los diez factores de riesgo identificados por la OMS como claves para el desarrollo de las enfermedades crónicas, cinco están relacionadas con la alimentación y la falta de ejercicio físico: obesidad, sedentarismo, hipertensión arterial, hipercolesterolemia y consumo insuficientes de frutas y verduras.
Si todavía sigues pensando que se está exagerando, puedes revisar los siguientes enlaces donde encontrarás datos y cifras que hablan por si solas:
Y quizás lo más preocupante es que lo malos hábitos empiecen a extenderse a las nuevas generaciones, disparando los índices de obesidad infantil. En la edad adulta somos conscientes de nuestros actos y tenemos la libertad de decidir cómo queremos vivir nuestra vida. Los niños, sin embargo, en sus primeros años de vida dependen de la educación recibida y el estilo de vida que les sea inculcado en su entorno familiar. ¿Acaso es este el futuro que queremos?
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