Podríamos decir que abarca diferentes metodologías, ejercicios y planificaciones, pero que persigue unos objetivos claros. Es sin duda la forma óptima de entrenar y obtener los resultados deseados (perder grasa corporal, mejorar la forma física, tonificar la musculatura etc.). Un cuerpo funcional es un cuerpo con un buen desarrollo de múltiples capacidades, y un equilibrio adecuado entre ellas. ¿Cómo se podría describir entonces el entrenamiento funcional?
No consiste en lograr buenos resultados en el gimnasio, sino en la vida real. En situaciones de supervivencia, en deportes específicos o incluso en actividades del día a día (agacharse a coger algo pesado puede ser motivo de lesión para un cuerpo habituado al sedentarismo).
Consiste en entrenar movimientos, no músculos. Los movimientos de aislamiento, habituales en las máquinas de los gimnasios convencionales, no trabajan los músculos estabilizadores (tan importantes), no mejoran tu coordinación, tu eficiencia de movimiento, ni tu capacidad de aplicar fuerza en el mundo real. Tu cuerpo es un todo, hay que entrenarlo como tal. Un cuerpo bien entrenado, en su conjunto global, implica salud y calidad de vida. ¿Cuántas personas tiene dolencias/problemas físicos llegadas a cierta edad? ¿O cuántas personas se lesionan de la forma más inesperada? ¿Sabías que trabajar los músculos, entre otras cosas, fortalece los huesos y protege los órganos?
Nada de entrenamientos en posiciones forzadas o antinaturales. Debemos entrenar los movimientos con los que evolucionamos desde nuestros orígenes, los que nos son útiles en la naturaleza, para los que el cuerpo se ha adaptado durante miles de años.
Con entrenamiento funcional también se puede desarrollar músculo, pero de una forma más segura y aplicable a la vida real. Por algo es utilizado para fortalecer zonas lesionadas.
Proporción potencia/peso: Manejar tu cuerpo es lo más importante. Ser capaz de levantar 200 kilos en un press de banca dice poco de tu nivel de Fitness si eres incapaz de hacer una dominada, escalar un árbol, o saltar un muro. La Calistenia (ejercicios con tu propio cuerpo) debería ser la base de tus entrenamientos. Y luego, una vez que domines tu cuerpo, con la ayuda de barras, pesas, cuerdas, anillas, kettlebells, cajas etc. ir progresando / mejorando (esto para los que quieran ir más allá, porque la calistenia por sí sola da para mucho).
Entrenar todos los sistemas energéticos: La mayoría de personas ponen excesivo foco en el sistema oxidativo (aeróbico), y se olvidan de que tienen otros dos sistemas energéticos, que se “atrofiarán” si no utilizan (comúnmente conocidos como fuerza y explosividad o potencia). Incluso si tu objetivo es competir en pruebas de resistencia, como maratones, mejorar tu fuerza y explosividad te harán mejor corredor.
Por cada esfuerzo de larga distancia, se ha demostrado que cinco o seis a corta distancia son más eficaces. ¿Por qué? Porque los movimientos compuestos o funcionales y los ejercicios de alta intensidad o cardio-anaeróbicos son radicalmente más efectivos para producir el resultado de la aptitud física deseada. Para empezar, esta no es una cuestión de opinión sino de hechos científicos irrefutables y sólidos, y aún así, persisten los viejos modos marginalmente efectivos y son casi universales…
Resumiendo, para lograr una competencia física óptima hay que considerar todas las habilidades físicas naturales, que enumero a continuación, y está demostrado y probado que las típicas rutinas de gimnasio no son el camino.